Ultrasonido
Obstetrico
Existen varios tipos de ultrasonido obstétrico, cada uno con sus propias características y usos específicos. Los principales tipos de ultrasonido obstétrico incluyen:
Ultrasonido de Primer Trimestre
Se realiza durante las primeras 12 semanas de embarazo.
Sirve para confirmar el embarazo, calcular la edad gestacional, y detectar la presencia de un embarazo múltiple.
También ayuda a evaluar el desarrollo temprano del feto y detectar posibles anomalías.
Ultrasonido de Segundo Trimestre (Ultrasonido Morfológico)
Generalmente se realiza entre las semanas 18 y 22 de gestación.
Este ultrasonido es detallado y se enfoca en examinar la anatomía fetal, incluyendo el cerebro, corazón, riñones, columna vertebral y extremidades.
Se utiliza para detectar anomalías congénitas y evaluar el crecimiento del feto.
Ultrasonido de Tercer Trimestre:
Se realiza en el último trimestre del embarazo, generalmente después de la semana 28.
Sirve para monitorear el crecimiento y desarrollo del feto, evaluar la posición del bebé, la cantidad de líquido amniótico y la ubicación de la placenta.
Es crucial para planificar el parto, especialmente en embarazos de alto riesgo.
Ultrasonido Doppler:
Este tipo de ultrasonido se utiliza para evaluar el flujo sanguíneo en los vasos sanguíneos del feto, la placenta y la madre.
Es especialmente útil para detectar problemas en el flujo sanguíneo que podrían indicar condiciones como preeclampsia o restricción del crecimiento intrauterino.
Ultrasonido 3D, 4D y 5D
Este ultrasonido proporciona imágenes tridimensionales del feto.
Permite ver la estructura fetal con mayor detalle, lo cual es útil para evaluar malformaciones faciales, de los miembros y otras anomalías.
Se realiza principalmente por razones médicas, pero también puede ser solicitado por los padres para obtener una imagen más detallada del bebé.
Ultrasonido de Screening para el Primer Trimestre (NT Scan):
Este ultrasonido se realiza entre las semanas 11 y 14 para medir la translucencia nucal, un fluido en la parte posterior del cuello del feto.
Es parte de un cribado combinado para evaluar el riesgo de anomalías cromosómicas como el síndrome de Down.